Berbena y aquí estoy, con mis propias palabras por amigas, aunque me duelan sus verdades.
La gente sale de sus casas -les oigo, en la calle.
Me dan ganas de agarrar las tijeras y cortarme el pelo, a lo salvaje, sin ni siquiera un espejo.
A veces siento que estoy tremendamente sola; incluso cuando yo misma elijo no apuntarme al carro fácil de la fiesta familiar, porqué quiero, al mismo tiempo, sostener este vacío, con el bullicio externo. Ausente y presente al mismo tiempo.
Porqué lo que en verdad me apetece, queda lejos de lo que parece posible, ahora mismo.
Habrá hogueras, esta noche. Se quemarán -dicen- miles de petardos. Pero no vayas a creer que arderán todos. Quedan montones. Más o menos visibles; pero ahí están, tocando los cojones.
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